Me encanta cuando mi marido y yo nos ponemos mano a mano en la cocina con una copita de vino blanco fresco. Nos salen unos platos que difícilmente pueden ser repetibles, abrimos la nevera miramos que tenemos y cómo podemos sacarle provecho… Pero desde que tenemos el blog esto ha cambiado, ahora pesamos los ingredientes, escribimos los pasos y cuando llega a la mesa decidimos si se puede publicar o no. En casa tengo tres jueces con lo que os garantizo que si se publica es éxito seguro.
INGREDIENTES:
En una cazuela grande dorar las alitas de pollo con aceite previamente saladas.
Mientras tanto pelar y cortar los ajos y la cebolla.
Cuando las alitas estén un poco doraditas incorporar la cebolla y el ajo y volver añadir un poco más de sal, de este modo la cebolla elimina toda el agua.
Cuando la cebolla este blandita, casi transparente, incorpora el vaso de vino. Dejar cocer 15 minutos a fuego medio.
Pasado el tiempo volver a tirar el segundo vaso de vino y la zanahoria pelada y troceada, dejar 15 minutos más. Cuando se haya consumido la mitad del vino incorporar el robellón troceado (limpio sin pasar por agua: con un trapo limpio y un poco húmedo es suficiente).
Corregir de sal si se precisa y echar un poco de pimienta blanca
El plato estará listo cuando el vino se haya consumido.
- 10 alitas de pollo (piezas)
- 4 cucharas grandes de aceite
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- 2 zanahorias
- 2 vasos de vino tinto
- 100 g de robellones
- Sal y pimienta blanca
En una cazuela grande dorar las alitas de pollo con aceite previamente saladas.
Mientras tanto pelar y cortar los ajos y la cebolla.
Cuando las alitas estén un poco doraditas incorporar la cebolla y el ajo y volver añadir un poco más de sal, de este modo la cebolla elimina toda el agua.
Cuando la cebolla este blandita, casi transparente, incorpora el vaso de vino. Dejar cocer 15 minutos a fuego medio.
Pasado el tiempo volver a tirar el segundo vaso de vino y la zanahoria pelada y troceada, dejar 15 minutos más. Cuando se haya consumido la mitad del vino incorporar el robellón troceado (limpio sin pasar por agua: con un trapo limpio y un poco húmedo es suficiente).
Corregir de sal si se precisa y echar un poco de pimienta blanca
El plato estará listo cuando el vino se haya consumido.
Se ve delicioso este pollo y eso que no soy mucho de carnes, pero que dorado y jugoso.
ResponderEliminarGracias por tus buenos deseos y por ver mis recetas, te deseo también unas preciosas fiestas junto a tu familia.
Me verás seguido por aquí, un beso.
Muchas gracias Kako nos seguiremos mutuamente. Besos
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